A las pocas horas de haber aterrizado en Punta Arenas y tras su periplo por el Vaticano, el obispo Bernardo Bastres declaró ayer su confianza en que la Iglesia Católica sigue funcionando con normalidad y manifestó que está disponible para las decisiones que el Papa Francisco tome respecto de su futuro al frente de la Diócesis magallánica.
Bastres ofició ayer la misa fúnebre de Gonzalo Muñoz, el joven natalino muerto tras brutal agresión de unos ex carabineros (ver nota en página 2), en la Catedral de Punta Arenas. Tras ello dialogó con Diario El Pingüino.
“Antes de irme a Roma entregué una carta en la que decía que me había elegido Pedro y que iba a decirle a Pedro que si le parecía bien o no mi servicio entonces, estaba disponible para lo que Pedro dijera. Todos los que tenemos algún servicio público estamos dispuestos a ser evaluados. Nosotros somos evaluados a través del pueblo de Dios y de manera especial, el Papa interpreta ese creer”.
El obispo Bastres fue consultado también por la denuncia dada a conocer el día anterior y que apuntaba a un sacerdote de Rancagua que enviaba mensajes obscenos a un menor de edad bajo engaño.
“Lo primero que tenemos que hacer y lo hemos dicho en la última declaración es cuidar a los niños y a los adolescentes. Nuestra primera tarea es cuidar a los niños, adolescentes y jóvenes. Por lo tanto, si hay actitudes que no corresponden con ellos es repudiable y condenable”.
Lo que viene
Respecto
del ambiente que se vive en la Iglesia Católica ante el virtual
descabezamiento de su jerarquía, Bastres declaró: “Seguimos trabajando
exactamente igual que antes de ir a Roma. En eso no hay ningún problema.
La Iglesia está súper ordenada y no está, como dicen algunos,
descabezada en absoluto. Hay cabezas en la Iglesia, hay orden.
Lo que pasa es que, frente a lo que manifestó el Papa y lo que hemos visto, hemos puesto a disposición de él, nuestro ministerio al servicio de lo que él crea que es mejor”.