En un incentivo para los consumidores magallánicos se convierte la devaluación de la moneda argentina, que pasó de costar 130 pesos chilenos a $ 119 registrados a la fecha, que hará, que la decisión de vacacionar en tierras transandinas, según los expertos, se incremente. Los efectos serán visibles, puesto que el estímulo para viajar hacia lugares turísticos como Puerto Madryn y Las Grutas en plena temporada de verano, con el fin de comprar casi un 10% más barato lo que antes se consumía con la misma cantidad de dinero y con el atractivo de ser zonas que cuentan con condiciones climáticas agradables, moverá a los veraneantes a adquirir pesos argentinos y vacacionar, aunque sea un período breve, en esos pequeños poblados.
“En lo inmediato, significa que los precios en las provincias argentinas cercanas bajaron para todos los magallánicos, por lo que mayor interés despierta el trasladarse a vacacionar a esas zonas”, señaló el economista José Vera Giusti, agregando que la fórmula es simple, “depende de cada persona en realidad, pero si voy allá podré consumir 10% más barato lo mismo que antes gastaba”.
En aspectos técnicos pero sencillos, explicó que como la moneda argentina bajó de precio, la chilena se revaluó lo que trajo consigo el efecto de que “podemos comprar más pesos argentinos y del mismo modo, consumir más en ese país”.
Ante este escenario y consultado por la existencia de algún mecanismo para mitigar el efecto del traslado de turistas, Vera Giusti precisó que la solución única es aplicar la ley de oferta y la demanda.
“Si los diferentes operadores del turismo y comercio en las vacaciones buscan que los residentes magallánicos permanezcan en territorio chileno, deben ofrecer mejores precios, porque al producirse esta revaluación las vacaciones claramente se hacen más caras aquí”, añadió.
Efectos
En una especie de esquema en torno a las consecuencias de esta devaluación para territorio magallánico el experto resumió en tres puntos el fenómeno.
El primero hace alusión con el hecho de que aunque no es un porcentaje tan significativo de baja (10%), igualmente se hace más atractivo “hacer vacaciones afuera”, porque como insistió, es más barato que antes que bajara el precio argentino respecto al nacional.
En segunda instancia, se hace más rentable importar servicios o, en términos simples, comprar en ese país porque “ocurre que la moneda extranjera se hace más barata y, por ende, podemos consumir con la misma plata chilena un 10% más.
Por último, el economista se refirió al efecto negativo que en el territorio pudiera causar el traslado de magallánicos.
“Obviamente se puede agudizar el problema del turismo regional porque tal vez cualquier turista extranjero como también nacional vengan de paso a Punta Arenas u otra comuna y opten después por irse a Argentina ya que estarán susceptibles de incorporar a su decisión la variable nueva que es que el costo del peso argentino disminuyó”, dijo el especialista.