Karukinka, la donación que transformó Tierra del Fuego

General
30/04/2011 a las 18:29
Traspasada a perpetuidad a la ONG norteamericana Wildlife Conservation Society (WCS), los directivos de Karukinka evalúan hoy si la preservación de dichas turberas podría servir como fuente de ingresos a través de la venta de bonos de carbono, creando una alternativa financiera de largo plazo. Los humedales de Tierra del Fuego – una extensión de casi 100 mil hectáreas de turba o musgo en descomposición- contienen carbono que, según algunos cálculos referenciales, podría equivaler a 17 veces las emisiones de CO2 anual de toda la industria minera chilena. Gran parte de esos humedales se encuentra en Karukinka, un área protegida de 296 mil hectáreas, que en 2004 marcó un hito al convertirse en la mayor donación de tierras para la conservación hecha en Chile. Traspasada a perpetuidad a la ONG norteamericana Wildlife Conservation Society (WCS), los directivos de Karukinka evalúan hoy si la preservación de dichas turberas podría servir como fuente de ingresos a través de la venta de bonos de carbono, creando una alternativa financiera de largo plazo.
La idea está aún en estado muy embrionario y su resultado es incierto; pero lo relevante es que refleja bien el modelo de conservación de Karukinka, el cual se aleja del concepto de ecología profunda de Douglas Tompkins en Pumalín. “La biodiversidad es la base que da sustentabilidad a toda actividad humana. Incluyendo las productivas. La mantención de biodiversidad da estabilidad a los negocios, especialmente a aquellos que dependen de los recursos naturales, como pesca, ganadería, acuicultura, etcétera (…). Karukinka es un modelo para el desarrollo con sustentabilidad”, dice Bárbara Saavedra, directora para Chile de WCS.
Karukinka y sus más de 140 mil hectáreas de bosques de lenga, coigüe de Magallanes y ñipre – la masa forestal más relevante en esta latitud del hemisferios sur – fue el escenario donde por casi tres días se dio cita un grupo de 20 personalidades – ejecutivos, empresarios y directivos – convocados por la Red de Alta Dirección de la Universidad del Desarrollo, con el objeto de conocer el modelo de conservación que aquí se impulsa. El grupo lo integraron Álvaro Fischer, presidente de la Fundación Chile; Juan Andrés Camus, socio de Celfin; Patricia García, gerenta general de la consultora Everis Chile; Jorge Lesser, presidente de Essbio; Cristóbal Piñera, director de innovación de Fundación País Digital e hijo del Presidente Piñera; Kathleen Barclay, socia directora de Asesorías KCB; Alejandra Aranda, directora ejecutiva de Humanitas Chile, y Richard Büchi, vicepresidente de Entel, entre varios.
Un trader en Goldman Sachs
Localizada en la parte sur de Tierra del Fuego, a Karukinka se accede tras recorrer por cuatro horas un camino de tierra que parte en Porvenir. Originalmente, las tierras eran de propiedad de Trillium, un controvertido proyecto forestal en los ‘90 que quebró. En 2002, el banco de inversión Goldman Sachs compró las deudas impagas de la firma y sus respectivas garantías. Según cuenta Kathleen Barcklay, consejera de Karukinka, fue un trader de la compañía quien se dio cuenta e que entre los activos adquiridos había estos bosques, lo que llevó a Henry Paulson, chairman y CEO de Goldman Sachs en ese entonces (quien luego jugaría un rol clave en la crisis financiera de Lehman Brother como secretario del Tesoro de George W. Bush), a impulsar un proceso que terminó con la donación de las tierras a WCS, entidad que administra, entre otros, los zoológicos del Bronx y del Central Park en Nueva York. El traspaso incluyó tres compromisos claves por parte de Goldman. Primero, donar las tierras a perpetuidad; segundo, establecer una alianza de largo plazo con WCS, y tercero, crear un endowment o fondo por US$ 18 millones para sustentar los gastos operacionales del parque.
Concebido desde un comienzo como un proyecto manejado localmente, se creó un consejo asesor compuesto por 15 miembros – 11 chilenos-, entre los que están los empresarios Pedro Ibáñez y Eliodoro Matte, los abogados Laura Novoa y Rafael Asenjo y personalidades del mundo académico y científico. “(Karukinka) es un modelo para inspirar a otros líderes del sector privado a apoyar y fomentar la conservación de la biodiversidad”, dice Barcklay. La WCS ha trabajado en varios frentes estos años. Uno ha sido coordinar los estudios para erradicar el castor, una especie exógena que llegó a Tierra del Fuego en 1946 con 50 ejemplares y que hoy alcanza a más de 65 mil individuos, que han afectado el 25% de los bosques de la isla y amenazan incluso a las salmoneras locales. Otro frente ha sido zonificar el mar de la región para una explotación sustentable de los recursos marinos.
Por último, se definió un plan de uso público para fomentar el turismo en Karukinka y alrededores, creando circuitos de trekking, bicicleta y kayak e implementando un lodge que se puede visitar en verano y que, previo aviso, cualquiera lo puede hacer

PUBLICIDAD

Pingüino Multimedia entrega este espacio a su público para la expresión personal de opiniones y comentarios apelando al respeto entre unos y otros desligandose por completo por el contenido de cualquier comentario emitido.

Comentarios


comments powered by Disqus
Más noticias
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD