Extranjeras se querellan por tratos inhumanos

General
23/10/2011 a las 15:20
Una querella criminal presentaron dos mujeres de la República Indonesia, en contra de todos los que resulten responsables del delito de “tráfico ilícito de emigrantes y trata de personas”, especialmente en contra de Pishu Udharam Lakhwani y Mónica Nadwani Vaswani, aunque en el desarrollo de los hechos figuran tres personas. El abogado Luis Díaz Coñuecar patrocina la querella interpuesta en el Juzgado de Garantía de Punta Arenas, por Nur Laila, de 26 años, y Eva Anggreni, de 25. Pero hay una tercera persona, Yuli Anggraeni, respecto de quien el abogado explicó que no la pudo incluir como patrocinante de la querella, porque la ex empleadora le tiene retenido sus documentos, entre ellos la cédula de identidad.
Estas personas ingresaron a Chile el 28 de enero de 2009, el 28 de enero de 2008, y el 31 de enero de 2010, respectivamente. Pero el sueño de venir a estas tierras tan lejanas a buscar mejores expectativas económicas terminaron en una pesadilla para todas ellas.
En los antecedentes que entregaron a la justicia, a través de la querella, exponen que fueron contratadas por el ciudadano de Singapur, Pishu Udharam Lakhwani, por intermedio de una agencia de empleos de Singapur, llamada Lucky Star.
Apenas las contactaron les ofrecieron buen trabajo y remuneración, casa, comida y ropa. Además, lo más importante, de poder mantener un contacto permanente con sus familias en Indonesia. “El empleo era para cuidar unas mellizas que tiene el señor Pishu. Pero al llegar a Chile se dieron cuenta que la realidad era totalmente distinta y se estaba disimulando una trata de blancas con fines de explotación laboral”, consigna la querella.
Trato inhumano
Según las denunciantes, fueron encerradas en la casa y se les obligó a trabajar entre las 6.00 horas de la madrugada a la 0.00 horas u 0.30, de lunes a lunes. No les cancelaban el sueldo y sólo les hacían firmar una liquidación, pero no recibían dinero en efectivo. “Las condiciones de vida eran de absoluto hacinamiento, ya que debían dormir en una pieza pequeña, en una litera y un colchón tirado en el suelo. El trato personal era malo, ya que eran objeto de constantes insultos, vejaciones y humillaciones”.
En el caso de Eva, Pishu Udharam la envió a trabajar a Zona Franca, en el local Ramayana. En los tres años que permaneció con esta persona nunca recibió dinero y jamás tuvo vacaciones. El mismo padecimiento lo tuvo su compañera, Nur Leila.
“Tanto Eva como Leila estuvieron sometidas en tales condiciones hasta el 8 de junio de 2011, fecha en la que escaparon y fueron a la Policía de Investigaciones a denunciar sus condiciones de vida”, señala el escrito de la acción judicial.
Sobre Yuli, la querella la sindica como otra víctima de los mismos problemas. Llegó a Punta Arenas a trabajar en labores de casa y fue llevada inmediatamente a Zona Franca, a trabajar de vendedora con las otras dos mujeres. Nunca le pagaron sueldo y en junio de 2010, cuando llegó la Inspección del Trabajo, las indonesias fueron instruidas para decir que no sabían hablar español, para dificultar la fiscalización. En agosto de 2010 Yuli fue entregada a Mónica Nandwani con quien trabajó “en condiciones inhumanas”, indica la querella. “No tenía dormitorio ni baño, dormía en el sótano de la casa en un sillón, al lado de un perro y tenía que ocupar el mismo baño que el animal”.

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