El imborrable recuerdo de “Marquitos”

General
06/07/2012 a las 09:50
Una fría tarde de marzo en 2008 los motores de los autos dejaron de rugir en la Región de Magallanes, todos los tuercas Patagónicos sembraron en silencio, para despedir a quien fuera el piloto más ganador de la región, y a uno de los próceres en la denominada “cuna del automovilismo” en Porvenir. Marcos Lausic Baleta, “Marquitos” como se le conoció a uno de los ídolos más grandes del automovilismo en el sur de Argentina y Chile en la décadas de los años 60 y 70, participando activamente junto a las reconocidas figuras de la época. Rival del recordado José Muñiz a quien se impuso categóricamente en su propia casa en el circuito “Río Chico” de Río Gallegos Argentina, de Godfrey Finlayson, Mario Vitelli, del doctor Raúl Chiflet y de tantos otros que por aquellos años transitaron las pistas del sur de ambos países.
Las victorias comienzan en su tierra natal, Porvenir, en el recordado circuito callejero “Almirante Señoret”, donde en el año de su fundación, en 1961, se corría anualmente en la fecha de Semana Santa y se corrió de esta forma hasta 1967, donde por última vez los motores de antaño rugieron en el recordado circuito, fue ese mismo año que Lausic se transforma en el primer piloto en ganar en todos los circuitos de la Patagonia inscribiendo su nombre para la posteridad en la historia automovilística.
Cabe recordar que la historia de este piloto comienza desde el otro lado de la butaca, cuando el año 1961, este joven de 20 años, corre de copiloto de Osvaldo Astorga, en la primera edición del “Almirante Señoret” en Porvenir. Fue en ese tiempo que Lausic se dio cuenta que podía dejar una huella en el automovilismo en la región y sobre todo para su natal Porvenir y decidió comenzar su carrera como piloto, que años más tarde lo llevaría a ser el mejor de todos los tiempos.
Desde el comienzo de su carrera el “Cóndor Patagónico” hacía presagiar que en el automovilismo era un piloto de temer, pero a la vez, un verdadero caballero de la ruta, lo que queda demostrado cuando incursionó en el “Almirante Brown” de Río Grande, donde ya sentado en la butaca de piloto demostró que la victoria no era lo más importante, sino que también era necesario ser un caballero de las pistas, lo que demostró cuando en la carrera del año 1962 otro grande del automovilismo, como Ivo Milovic, venía liderando la carrera en el circuito de Río Grande y en una parte de la carrera sufrió un pinchazo, en ese instante Marcos Lausic que venía cumpliendo una buena actuación, ve a Milovic en problemas, y decide parar su motor , para entregarle a Ivo el neumático que le faltaba para completar la carrera, sin duda un hecho de parte de Lausic, que es digno de imitar, demostrando desde sus inicios porqué siempre fue el mejor.
La gloria para este corredor llegaría el año 1964, año marcado también por la muerte del padre Mario Zavattaro. Era Semana Santa de ese año y el diario de la época “El Porvenir” titulaba la primera victoria de Marcos en el automovilismo, eso fue el comienzo de la era Lausic en el automovilismo Patagónico. Pasaron dos años hasta que llegó el máximo triunfo del mítico Lausic en toda su carrera, ser ganador de los cuatro circuitos de la Patagonia en los años 1966-1967, algo que nunca logró ningún corredor de los de antaño. El Almirante Señoret de Porvenir, El Almirante Brown de Río Grande, el Río Chico de Río Gallegos y el Arturo Prat de Punta Arenas, llegando incluso a ganarle a los campeones nacionales de esos tiempos como “Papín” Jara y Bartolomé Ortiz, todos estos triunfos los logró con su Ford Ranchero. Después de tantos triunfos en su carrera “Marquitos” el “Cóndor Patagónico”, sentía que le faltaba ganar un Gran Premio de la Hermandad, y por eso, después de tantos años, decide subirse por última vez a un auto de carrera, en el año 1993, el honor lo tendría el Toyota Corolla en la categoría “D”, y la felicidad la obtendría Porvenir, ya que en su última carrera ganó la carrera más importante para su pueblo, despidiéndose definitivamente como el gran campeón que fue, demostrando ser el mejor de todos, dejando una huella imborrable en el automovilismo.

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