La Seremi de Salud de Magallanes presentó ayer los “Resultados de la Vigilancia Epidemiológica de los Intentos de Suicidio en la Región de Magallanes”, año 2022, donde se busca conocer la magnitud, distribución y tendencias de los intentos suicidas en la región.
Los números que entregaron ayer son los más altos desde el segundo semestre de 2013, período en que se inició la vigilancia. Ese año hubo 235 intentos de suicidio y el año pasado se registraron 321 intentos que corresponden a 300 personas.
“Esta es una de las estrategias que nos va a permitir contar con información necesaria para coordinar las acciones y seguimientos de estos casos”, comentó la seremi de Salud, Francisca Sanfuentes.
Datos duros
Los datos arrojan que el segundo semestre (2022) concentra la mayor cantidad de notificaciones. Solo el 69% de los casos lo concentran las mujeres. El grupo que concentra estos números es del de 20 a 29 años con 31,5%, mientras que el segundo grupo corresponde a jóvenes de 10 a 19 años con un 30,8%. En síntesis, el 62% de las notificaciones son personas menores de 30 años.
“La importancia de hacer estos análisis es detectar dónde están los focos para poder centrar las acciones de promoción, y en ese sentido, el ámbito estudiantil es un foco que este año vamos a tener que reforzar y para eso hay un trabajo intersectorial que hemos estado haciendo”, explicó Maribel Bustos, sicóloga del Programa de Salud Mental de la Seremi de Salud.
Métodos
El método de mayor frecuencia es la ingesta de fármacos con un 59%; seguido por la utilización de objeto cortante con un 21% y finalmente ahorcamiento o estrangulación con un 10%, comportamiento similar a años anteriores. La comuna que recibe mayor notificación es Punta Arenas.
“Luego de recibir un caso de intento de suicidio somos los encargados de hacer seguimiento y los usuarios son derivados a su centro de salud o Cesfam. La idea es activar la red de salud mental en el menor tiempo posible para que los usuarios puedan recibir atención de salud mental de los equipos encargados”, precisó Carolina Ulloa, enfermera del Departamento de Salud Mental de la Seremi de Salud.