El Sistema de Alta Dirección Pública (ADP), tiene como objetivo dotar a las instituciones de gobierno, a través de concursos públicos, transparentes, de directivos con probada capacidad de gestión y liderazgo para ejecutar de forma eficaz y eficiente las políticas públicas definidas por la autoridad. Se crea el año 2003, tras un acuerdo político legislativo entre gobierno y oposición, con el objetivo de aportar a la modernización y transparencia de la gestión pública. El parto de este sistema ocurrió durante el período presidencial de Ricardo Lagos Escobar y surgió como respuesta a los cuestionamientos por casos de sobresueldos y COIMAS a funcionarios públicos, diputados y otras autoridades cercanas al gobierno de la época; este caso de malversación de fondos fiscales se conoció con el nombre de MOP-GATE, por ello, se creó un sistema de ADP para evitar los ilícitos de CORRUPCIÓN, NEPOTISMO y designación de cargos por compadrazgo, amiguis y pitutos. Ahora, en pleno año 2023 tenemos el caso FUNDACIONES, un fraude que tiene características similares al caso COIMAS, malversación de dineros del estado, donde los actores principales de este fraude son nuevamente personas de la casta política, y al igual que en el caso COIMA, se ha montado una verdadera teleserie, pero de los responsables, es casi seguro que de ellos nunca más se sabrá nada, todo quedará bajo la alfombra, total, los (as) chilenos (as) ya están acostumbrados (as) a estas farsas. Estimados (as) Lectores (as): Después de este resumen, vamos al punto central de este artículo, han pasado 20 años de la creación del sistema de ADP, mecanismo que no convence a nadie, es un sistema poco transparente, engañoso, discriminatorio y corrupto, pues al día de hoy todo sigue igual, solo cambió la discreción para designar cargos que tenía el Presidente de la República, ya que ahora esta facultad quedó en poder del Servicio Civil, y también de gobernadores, seremis, alcaldes, es decir, las decisiones para elegir la terna como la resolución de estos concursos se basan en la amistad, el nepotismo y el partido político, ósea, todo un engaño, un fraude, en especial para todos (as) aquellos (as) profesionales que con currículos y probada experiencia quedan fuera sin saber que paso, salvo la explicación del organismo público encargado de la organización que le señala por escrito: “Siga participando”, su currículo será guardado en nuestra base de datos para que lo consideremos en futuros eventos, atrás quedan los sueños, las ilusiones, las esperanzas y afloran, en primer lugar, los sentimientos de culpas y posteriormente las dudas, sobre todo cuando saben quién fue el gran elegido del fraudulento concurso, pero lamentablemente el asunto ya está cocinado. Desde los inicios de este sistema el año 2003, pese a las sucesivas reformas legales, mejor dicho, las trampas, cada cambio de gobierno hace crujir a la ADP, y pone en tela de juicio la promesa central de esta nueva institución, dotar a las instituciones de gobierno de directivos con probada capacidad de gestión y liderazgo, esta situación ocurre porque simplemente no se cumple con la ley, pero no solo eso, las sinvergüenzuras y los atropellos son aún mayores, esto porque el gobierno que ingresa se toma el sistema y procede a desvincular a los que ocupan cargos por ADP, obvio, son profesionales seleccionados por el gobierno anterior, el argumento, no son de confianza de la autoridad entrante, así de esta manera, sigue la silla musical y la repartija del botín, las evidencias están a la vista, esto demuestra que a pesar de la existencia de una ley no hay garantías ni transparencias en estos actos, así se malgasta la plata de todos los chilenos, así se sigue con la inmoralidad y corruptela, así se juega con la credibilidad de la gente, por lo tanto, resulta un contrasentido persistir con una pantomima que no entrega seriedad y lo peor, un proceso donde participan directamente de la selección funcionarios públicos que representan al estado, basta ya de cuentos, que no se siga engañando a los profesionales honestos con concursos truchos, Chile despertó, el poder legislativo y la ciudadanía tienen la palabra para cambiar estos actos ilegítimos.