Ubicada en la comuna de Cabo de Hornos, Provincia Antártica, Puerto Williams es la ciudad más austral del mundo y la puerta de entrada a la Isla Navarino, la que tiene características únicas a nivel mundial.
Al levantar la vista, las copas de los árboles o las aves planeando sus rutas migratorias son lo único que se puede observar. El cielo, especialmente las nubes también hacen lo suyo. Tal como explica el encargado de la Red Chilena de Investigación Socio-Ecológica a Largo Plazo (LTSER, por su sigla en inglés).
El profesional del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC), Matías Troncoso, indicó que “si tomas una fotografía en Isla Navarino vas a poder reconocer distintos tipos de nubes a la vez, es muy raro que aquí haya nubes de un solo tipo a la vez, y si bien por la naturaleza de las nubes es imposible limitar la cantidad a una cifra exacta, desde la Organización Meteorológica Mundial (WMO) se reconocen 10 géneros de los cuales se derivan varios tipos (o especies), y aquí (en Isla Navarino) han habido de los 10 tipo de seguro”.
“Esta es una característica de las nubes que vemos en Puerto Williams, a diferencia de otros lugares. Por ejemplo, si estás en Santiago, es posible ver nubes del tipo stratus cumulus undulatus -parecen lineales- que son bastante comunes, pero lo más probable es que ese día todas las nubes que vean sean de ese tipo, sin otra nube que le acompañe”, explica el también profesional del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC). Todo lo contrario de lo que pasa en Puerto Williams, remata Troncoso.
Nubes del fin del mundo
¿Pero por qué Puerto Williams es un lugar destacado para ver diversidad de nubes? Primero, debemos entender que la formación de una nube es un proceso complejo donde se condensa el vapor de agua. Es decir, el vapor gaseoso que fluye por el aire se transforma en agua líquida, “como cuando entramos a un vehículo en las mañanas frías, y los vidrios están tan fríos que acumulan pequeñas gotitas de agua líquida al empañarse a partir de la humedad que estaba inicialmente en el ambiente en estado gaseoso”, explica Troncoso.
El proceso anterior sucede por dos métodos. Por un ascenso sin montañas, en las llamadas nubes convectivas o nubes estratiformes, que hacen referencia a nubes que crecen hacia arriba en ambientes sin montañas como océanos o planicies (cumulus, los stratocumulus o los nimbostratus se generan de esta forma).
“Las cumulus o como las cumulonimbus pueden causar tormentas muy fuertes, chubascos, granizo, tormenta eléctrica, usualmente son las que tienen tornados. O stratuscumulus que son esas nubes de la costa de Viña del Mar en las mañanas que no hacen nada y que simplemente están en el cielo, o las nimbostratus que hacen una lluvia muy persistente a lo largo del tiempo, pero no tan intensas como nubes que típicamente llevan la lluvia a Santiago”, desarrolla Matías Troncoso.
En Puerto Williams, todas ellas son posibles de encontrar en un mismo día porque “es un lugar donde encontramos ecosistemas marinos y de montaña muy cerca, cuya presencia, como ya vimos, determinan la formación, y por tanto, presencia de uno u otro tipo de nube. Además, también encuentras nubes iridiscentes que están muy de moda porque tienen como un arcoíris”, explica el también investigador de la Universidad de Magallanes.