Si bien son múltiples las necesidades que requiere la comunidad estudiantil del Centro de Capacitación Laboral León Humberto Seguel Barría, poco a poco las autoridades han puesto atención a sus demandas. Una de ellas, fue la reposición de la techumbre de un espacio común del recinto educativo, la cual se concretó junto con el inicio de sus actividades académicas.

“Sin duda, hemos avanzado. Aún hay muchas cosas que hacer, y estamos agradecidos del apoyo que hemos recibido de las necesidades que hemos ido teniendo al inicio del año escolar”, sostuvo Nancy Dittmar, directora del establecimiento, quien agradeció el aporte recibido en estos primeros meses del año por parte de la Secreduc y el servicio educativo.

El mal estado del techado debido a filtraciones, generó la pérdida de cientos de materiales e infraestructura que eran utilizados en los talleres por los niños y jóvenes entre 13 a 26 años con algún grado de diagnóstico de discapacidad intelectual.

Gemita Silva, presidenta del Centro de Padres y Apoderados, dijo que gracias a este tipo de obras, el Centro de Capacitación ha retomado su normalidad.   “El arreglo vino a mejorar el hábitat de nuestros jóvenes y a retomar talleres que se habían suspendido. Nos queda aún el taller de cocina, que ahí todo se pudrió y se oxidó. Por lo tanto, también estamos a la espera de dinero para restablecer los utensilios que utilizaban los jóvenes”, señaló.
La remozada infraestructura contempló una inversión superior a los 109 millones de pesos por parte del Mineduc, que consideró la renovación de 265 metros cuadrados de cubierta y un nuevo diseño de la techumbre para facilitar la evacuación de aguas lluvias.

Una vez materializada esta obra, el seremi de Educación, Valentín Aguilera, dijo que en este tipo de iniciativas “destaca el compromiso que el Ministerio de Educación tiene con la educación especial en el territorio”.

Urgen necesidades
Entre otras exigencias planteadas desde la comunidad educativa, se encuentra el requerimiento de contar con una sala sensorial y de contención. “Como la que existe en el CADI, por ejemplo. Es un sueño que tiene la comunidad educativa. Ya que es un espacio pedagógico”, sostuvo Dittmar.

Por otra parte, y con la finalidad de facilitar el traslado de los estudiantes, el establecimiento requiere de un estacionamiento amplio para el acceso de los estudiantes y la comodidad de sus padres y apoderados.