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Columna

“Todo por el poder”, Chile no puede perder

opinion
28/04/2024 a las 15:15
Pablo Oyarzo
1211

Magdalena Merbilháa, Historiadora

Las elecciones municipales y de múltiples cargos de Octubre y los movimientos de poder tienen preocupados a muchos. La política desde hace tiempo ha sido vista como el modo de subsistir para quienes, no han querido o no o han podido, en el mundo real. Es un espacio paralelo, donde sin saber mucho, puedes vivir mantenido desde el Estado. Dickens, el victoriano por excelencia, hablaba de la burocracia como el ministerio de “circunloquio”, en el que la labor de la parte se diluye en la inoperancia todo. Todos hacen, cobran, pero nada avanza. Chesterton muerto en 1936 decía “si tu inteligencia no da para mucho, siempre tienes la opción de hacerte político. Ciertamente la carrera política se ha degradado y la lucha fiera por las plazas de poder no ayuda a dignificar la labor. La corrupción y la intención de “servirse” más que servir, escandaliza. Muchos, ya en la política desde hace tiempo, que probablemente no saben hacer otra cosa, no quieren perder las prebendas logradas ni la manutención asegurada. Están dispuestos a sacar a los competidores de la carrera por el bien personal y olvidan el bien país.

La política es sin duda una labor importante, esencial, algo propiamente humano. Aristóteles nos definía como “animal político”, con preocupación de la polis. Esta labor “honraba”, por lo que era ad honorem, no se pagaba, ya que el honor de servir era suficiente. Esto fue así hasta el siglo XIX, los parlamentarios ejercían sus labores sin paga alguna y para mantenerse ejercían doble profesión muchas veces. Esto cambió en la medida que la democratización incorporó a más personas a ser parte de las decisiones políticas desde la amplificación del voto. Con el voto universal, y como un modo de permitir que alguien sin otras rentas pudiera ser político, la labor se profesionalizó y se comenzó a pagar. Esto y en la medida que los estados crecieron se convirtieron en reales botines a repartir. La pugna por el beneficio personal y las cuotas de poder de los partidos reemplazó la honor de servir. De “honorables” solo quedó el nombre.

Esto es lo que vemos hoy en acción. Viejos políticos, emblemáticos de los partidos “dueños autoproclamados de las plazas” están dispuestos a todo frente a “aparecidos” que los desafían. Santiago ha sido el ejemplo de esa mezquindad y de “propiedades” por “Derecho Divino” de “autoproclamados” candidatos. Pareciera ser que la unidad del sector deja de ser un tema cuando el cargo que “me mantiene”, “la mamadera que me sostiene” está en jaque. La campaña sucia y de descrédito puede servir y la han usado de modo inmoral en estos días. Queda evidencia que el bien común no es el norte; el personal, es más cercano y evidente. Por temor a perder las prebendas para el próximo periodo no quieren que sean las personas las que decidan. En la derecha es probable que vayan divididos, con lo que Santiago pierde, ya que la alcaldesa comunista permanecerá. La izquierda no le importa la mala administración y “el mugral” instalado, no soltará la cuota de poder. Se unen de “chincol a jote” para apoyar lo malo, todo por el poder.

Esta es una señal evidente que deja claro que la falta de visión del bien general y de la idea país puede hacer que los intereses minen la posibilidad de éxito. La derecha confía en que la mala gestión de la administración actual les dará el triunfo asegurado, pero las carreras nunca están corridas. Lo claro es que si se dedican a pelear entre ellos, no ganarán las municipales y tampoco las presidenciales. “Los de la vereda del frente toman palco” y con “cabritas” en mano, disfrutan el patético espectáculo. La derecha se autodestruye y en el horno se quema el pan.

Esta semana en Santiago y en la cámara hemos visto que la falta de unión, la falta de visión país, de programa y la ausencia de la necesaria vocación de servicio desde la generosidad. Este es el talón de Aquiles de la derecha miope, que nunca ve venir la derrota. Tengo esperanzas, hay tiempo para la buena política, la de servicio y humildad, la que por la generosidad busca primero la unión y no está dispuesta a todo por el poder.

El bien mayor necesita de inmensa generosidad, Chile no puede perder!!

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