Hay algo en la historia de Rodolfo Arecheta que él cree que podría ser puntal para la candidatura a consejero regional que presentó: después de estudiar Derecho y el master en la misma materia en Londres, pasó por la Fiscalía Nacional Económica, en Santiago. Y según datos del Ministerio Público, son los “líos de platas” los más recurrentes en Magallanes y la Antártica Chilena, a contrapelo del resto de Chile. Allí aparece él y una “vocación de servicio público, antes que todo”, dice, para entrar a la Gobernación Regional.
Esa última cita la desarrolló luego: “Mi intención es que los dineros de los magallánicos sean bien gastado en los magallánicos, que es algo que, a mi juicio, hoy no ocurre en el Gobierno Regional”.
Hay un diagnóstico que fue también un impulso en la carrera al Consejo, que “se ha malgastado la plata del GORE y que, en los casos de corrupción que lo envuelve (sic), uno puede llegar a la conclusión que el Consejo Regional no ha hecho su principal pega, que es fiscalizar”. La crítica se sostiene, a su juicio, en dos motivos: una “falta de preparación y de iniciativa”.
Arecheta fue más allá, pues esta falta de iniciativa ocurre por una limitación del tipo que los consejeros “no solo tienen que fiscalizar, sino que tienen que ir un poco más allá en su labor de representación. Son cargos electos y, por tanto, debiesen intermediar entre la ciudadanía y el Gobierno Regional para que los recursos sean bien utilizado y no en proyectos que no tengan ningún sentido ni sean plata que se vaya a la basura”.
En sus redes sociales, en sus últimas publicaciones, Arecheta aterrizó las propuestas: “Hay personal de Carabineros que ni siquiera tiene un segundo uniforme para salir a trabajar (...) Cuando hablamos de seguridad, lo primero que tenemos que hacer, antes que los avisos grandilocuentes, es darle dignidad a los carabineros para que trabjen bien y estén cómodos”.