La tensión en el Mar Caribe ha alcanzado un nuevo punto crítico tras el inicio formal del bloqueo naval ordenado por la administración de Donald Trump. Este fin de semana, fuerzas militares estadounidenses completaron la interceptación de dos buques cisterna cargados con crudo de PDVSA, sumando tres grandes incautaciones en menos de quince días.

La estrategia de Washington apunta directamente a la denominada "flota fantasma", un entramado de buques con banderas de conveniencia o documentos falsos que Caracas utiliza para burlar las sanciones internacionales y comercializar petróleo.

Los buques interceptados este fin de semana

La ofensiva estadounidense se centró en embarcaciones vinculadas a redes de tráfico de crudo sancionado por la OFAC:

• Petrolero "Bella 1": De bandera panameña, fue identificado como un "buque de bandera falsa". Según Washington, operaba para financiar lo que denominan el "régimen narcoterrorista" de Maduro. Esta nave ya arrastraba sanciones previas por vínculos comerciales con Irán.

• Petrolero "Centuries": Perteneciente a una empresa china. A diferencia del anterior, no figuraba previamente en las listas de sancionados, lo que ha escalado la tensión diplomática con Pekín y Caracas. El gobierno venezolano calificó la acción como un "robo y secuestro" de un buque privado.

• Petrolero "Skipper": Incautado el pasado 10 de diciembre, fue el primer golpe de esta nueva fase de bloqueo total.

La ofensiva militar y el costo humano

El despliegue de la Guardia Costera y las Fuerzas Armadas de EE.UU. no ha estado exento de violencia. La campaña de presión, que incluye ataques directos contra embarcaciones en el Pacífico y el Caribe, ha dejado un saldo de al menos 100 personas muertas y la destrucción de unas 30 lanchas rápidas vinculadas al narcotráfico desde agosto.

“El bloqueo de los petroleros permanecerá en pleno vigor hasta que la empresa criminal de Maduro devuelva todos los activos estadounidenses robados”, sentenció el secretario de Defensa, Pete Hegseth.

Impacto global y geopolítico

Aunque los analistas de mercado, como los de NextBarrel, sugieren que estas incautaciones no alterarán drásticamente el precio global del crudo, las implicaciones políticas son profundas:

1. Legitimación de bloqueos: El éxito de estas operaciones podría sentar un precedente para que Ucrania intensifique ataques contra buques rusos o que Europa actúe contra la "flota oscura" que transporta petróleo de Moscú.

2. Asfixia financiera: Caracas depende casi exclusivamente de estos envíos opacos para obtener divisas, por lo que el bloqueo total complica severamente la operatividad del gobierno de Maduro.